Synopsis
La esclavitud transatlántica africana y el colonialismo en América y el Caribe consolidaron el racismo, cuyo discurso se legitimó a partir de la importancia concedida al color de la piel y la procedencia de las personas. Fue así como, junto a aspectos culturales, biológicos, médicos y antropológicos, se construyó el concepto de “raza”, que adoptó distintos significados según los contextos culturales y sociales, y afianzó el fenómeno de racialización de la sociedad. Su utilización fue clave para justificar la esclavitud, la desigualdad y la segregación. Hoy, cuando un 20% de la población del continente americano es afrodescendiente, sigue siendo crucial analizar las manifestaciones de este racismo cultural y estructural para reconocer tanto sus formas de pervivencia como de resistencia contra él. Este libro presenta un conjunto de aportaciones que recorren en un amplio espacio y tiempo las relaciones entre colonialismo y racismo, desde una diversidad de ámbitos, tales como la medicina, la literatura, las ciencias naturales, la teología, la historia de la esclavitud, la cultura visual, los estudios de género y el mestizaje. Su propósito es mostrar cómo se construyeron y funcionaron los recursos ideológicos de control social y superioridad racial, pero también las formas de resistencia a la discriminación y estigmatización de la población afrodescendiente.