Sinopsis
El Derecho evidentemente es realidad, acontecer, parte de todo ese conglomerado de productos sociales que situamos en la praxis. Muchas veces se acentúan sus aspectos triviales o menudos —con olvido, por cierto, de otros más elevados— como su realización a escala inconsciente o su discernimiento en estratos primarios de la convivencia. El Derecho es eminentemente proteico y versátil. Le ocurre como al lenguaje, que unas veces se manifiesta a modo de balbuciente instrumento de comunicación y otras se sublima en los grandes monumentos poéticos. Ahora bien, captar y explicar el Derecho, hacerle en definitivo objeto de conocimiento, no consiste en colocarse al mismo nivel en que se manifiesta.
Es necesario adoptar una actitud de reflexión y crítica que supone incidir en él en cuanto objeto con toda la carga mental del pensamiento analítico y ordenador.