Sinopsis
La Administración ha ganado en importancia a costa de la Constitución, sus funciones se han extendido a numerosas zonas sociales entregadas hasta ahora a la economía privada, y no sólo la amplitud, sino también la intensidad de estas funciones ha experimentado un impulso considerable. De otra parte, la relación del individuo con la Administración ha sufrido un cambio fundamental. Las nuevas constituciones, concebidas según el ideal del Estado de Derecho burgués, con su división de poderes, han restablecido, es cierto, determinados límites para la administración, pero no han eliminado su supremacía. Las quejas sobre el “absolutismo administrativo” no sólo no han enmudecido, sino que resuenan hoy más intensamente que nunca. La falta de correspondencia entre la situación del derecho constitucional y la realidad administrativa es evidente, y representa uno de los hechos más importantes que salen al paso de la ciencia del Derecho. En este hecho se expresa la dificultad propia de una exposición del Derecho administrativo en nuestros días.