EL QUIJOTE CONTADO POR UN ABUELO A SUS NIETOS

11,54


Siempre he pensado que la lectura del Quijote es muy extensa y solo nos queda la figura de este hombre montado en su Rocinante y de su gran amigo y compañero Sancho, pero yo lo he leído infinidad de veces de forma reducida y me pareció muy interesante para su comprensión. Se me ocurrió cómo un abuelo podía explicarles a sus nietos la vida y aventuras de estos dos personajes, de forma sencilla, pero sobre todo un poco adaptada a sus vivencias actuales. Esta ha sido la obra, que por pequeña no deja de ser tan interesante como lo que quiso hacer su autor, el gran Cervantes. En tres ocasiones nuestro aventurero sale de casa en busca de hazañas, con la idea de hacer justicia, pues para eso era un caballero. Sancho le acompaña persuadido de que le va a sacar de su vida pueblerina, le dará poder y una vida más holgada. Al final de su vida vuelve a su casa, cada vez más cuerdo y muere casi ?evaporado?, su amigo del alma le llora desconsolado, es lo mejor que le ha pasado en su vida y ahora se queda solo. Termino describiendo cada uno de los personajes, pues todos nosotros tenemos algo de aventureros y realistas porque fácilmente nos reflejamos en ellos. Se dice que hay que escribir para los niños con el fin de que lo lean los mayores; mis nietos se lo merecen todo, los niños del mundo también. A ellos va dedicado.

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Información adicional

Editorial

Autor

Edición

1

Encuadernación

Rústica con solapas

Formato

15 x 21

ISBN

9788491945963

Páginas

54

Colección

Idioma

Fecha Publicación

28/05/2018

Temática

Info Autor

Fernando Lorente Arenas nace en el barrio de Chamberí de Madrid hace ya muchos años. Es licenciado en Medicina General y especialista en Medicina Interna, de Familia y del Trabajo, habiendo ejercido en hospitales, urgencias, atención primaria y medicina de empresa. Tiene varias publicaciones de tipo técnico, de medicina y de humanismo. Sus tres nietos, Carmen, Lucía e Ignacio, son su pasión y a ellos últimamente les dedica todos sus escritos con la esperanza de que cuando sean mayores aprovechen las enseñanzas de su abuelo. También lo quiere dedicar a todos los niños del mundo porque son los limpios de corazón, los que saben ser felices, sin miedos y sin ataduras, libres en defnitiva.