MI CIENCIA, MI RELIGIÓN

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Dos caminos una verdad. Ya no basta creer, hay que saber
Los tiempos donde la ciencia y la religión se enfrentaban por la razón, la creación, la evolución y el futuro del planeta, y los seres que habitamos en ella, han quedado atrás. Es necesario conocer algunos de los grandes científicos que han utilizado la ciencia, su conocimiento y todo su esfuerzo en demostrar la no existencia de un ser supremo y dar una explicación científica a todo lo que nos rodea, sin encontrar el camino espiritual. Por otro lado, la historia nos ha regalado grandes personajes que lograron un sincretismo entre la ciencia y religión, alcan-zando sus objetivos de manera efectiva. Al final del día lograron que ambas partes converjan en un solo camino, y reconocer a Dios como el ser creador de lo posible y lo imposible, lo que algunos llaman inexplicable. Aquí encontraremos ambas visiones, en las que el lector podrá utilizar su más sentido antagonista para encontrar su verdad y la relación intrínseca entre ciencia y religión. Tal como le ocurrió al geocientista Alexis López, ayudándolo a un desarrollo personal y crecimiento espiritual inquebrantable, que terminó con la inspiración de escribir este libro. Pasando de un nihilismo arraigado desde su niñez hasta llegar a un fiel defensor del uso de la relación fe conocimiento para encontrar la verdad, porque «ya no basta creer, hay que saber». ¡Emprende tu camino, consigue tu verdad…!

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Información adicional

Editorial

Autor

Subtítulo

Dos caminos una verdad. Ya no basta creer, hay que saber

Edición

1

Encuadernación

Rústica

Formato

15 x 21

ISBN

9788413740645

Páginas

238

Colección

Idioma

Fecha Publicación

07/09/2020

Temática

Info Autor

Alexis José López Delgado (1978). Desarrolló un particular interés por la investigación geocientífica influenciado por la filosofía presocrática. Logró armonizar la ciencia y la espiritualidad, alcanzó la transformación personal después de una intensa autoevaluación. Entendió que la relación ciencia-religión es necesaria para garantizar la longevidad de la humanidad con un sello implícito de bien común universal, jamás para satisfacer beneficios personales, más bien para satisfacer las necesidades de las mayorías.